UNA PASIÓN EN EL DESIERTO

El extenuado y sediento viajero perdido en el desierto vio que la hermosa mujer del oasis venía hacia él cargando un ánfora en la que el agua danzaba al ritmo de las caderas. 
- ¡Por Alá -gritó-, dime que esto no es un espejismo!
- No -respondió la mujer, sonriendo- El espejismo eres tú. 
Y en un parpadeo de la mujer, el hombre desapareció.
José de la Colina (2002)

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